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La solidaridad no se detiene durante la pandemia

La cuarentena no logró frenar las acciones solidarias de los jóvenes de Menora, que continúan ayudando y sacando sonrisas a quienes más lo necesitan y a aquellos trabajadores que se exponen al peligro a diario para cuidarnos en este difícil momento que nos toca atravesar.

Desde el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio en Buenos Aires, los jóvenes de Menora llevaron a cabo distintos actos solidarios. Uno de ellos fue la campaña de donación de sangre que se realizó en el Centro Chella & Moise Safra, en conjunto con el Sanatorio Sagrado Corazón, y que contó con el auspicio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Tanto el Sanatorio Sagrado Corazón como Menora cumplieron con absoluta rigidez todas las normas de higiene y prevención para poder llevar a cabo esta tarea, que permitió que más de 100 jóvenes y funcionarios locales se acercaran a donar sangre.

Además, los jóvenes de Menora se encargaron de repartir desayunos a profesionales de la salud que luchan contra el virus todos los días en hospitales de zonas precarias.

Por otro lado, un grupo de la Organización Judía Mundial para la Juventud entregó presentes al cuartel de bomberos de Villa Crespo, en agradecimiento por su incansable trabajo por la sociedad, luego del incendio en el que dos compañeros perdieron la vida socorriendo a vecinos del barrio.

Todo esto en el marco del lanzamiento de una convocatoria de colaboración con organizaciones de asistencia social que llevará adelante Menora con el fin de mitigar el sufrimiento y las situaciones de riesgo social que, a causa de la pandemia pueden «potenciarse aún más en el país por un largo tiempo si no tomamos acciones todos los ciudadanos e instituciones”, según expresó el Rabino Isaac Sacca, presidente de Menora.

Para cumplir con los objetivos, el Rab se reunió, en primer lugar, con la Cdora. Victoria Tolosa Paz, titular del Consejo Federal de Políticas Sociales, para comentarle la iniciativa. La funcionaria agradeció el plan de acción y se puso a total disposición en todo lo necesario para hacer llegar la ayuda a los más necesitados por medio del espacio que dirige. 

Estos buenos gestos y otros que vendrán son ejemplos que nos demuestran que, en los momento más difíciles, la solidaridad alcanza límites inimaginables si se trata de ayudar y sacar sonrisas.