Con motivo de la entrada en vigencia de la ley que otorgará la ciudadanía española a los descendientes de judíos expulsados de la Península Ibérica en 1492, se realizó un evento en la Gran Sinagoga Sefardí de Buenos Aires de la calle Camargo que contó con las presencias de representantes del Estado español, entre ellas el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes Pascual, y el cónsul Rafael Tormo Pérez, quienes fueron recibidos por el Gran Rabino Sefardí de Argentina, Isaac Sacca.

“Los judíos expulsados nunca guardaron rencor hacia España, todo lo contrario, vivieron llenos de añoranza y nostalgia hacia la península de sus vidas pasadas. Hoy, 500 años después, se cumple el sueño de aquellos sefardíes expulsados, a quienes no solo les quedó el folclore, la música y la comida de España, sino también la esencia filosófica y religiosa de los sefardíes de la cual todos tenemos mucho que aprender”, expresó el Rabino Sacca. Además, señaló que “debemos aprender a no olvidar, pero también  a no guardar rencor ni acusar a la España de hoy por los pecados de otros que ya no están”.

Por su parte, para Grandes de Pascual, “esta nueva ley deja, en definitiva, despejado el camino hacia el reencuentro con un grupo importantísimo de españoles que, a pesar y por encima de todo, quisieron seguir siéndolo y que lo consiguieron con el testimonio perseverante de su condición de sefardí fuera del solar patrio“.

El Gran Rabino y el embajador descubrieron una placa conmemorativa para dejar un recuerdo y una huella de tan importante momento para la comunidad judía.