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Simjat Torá – Renovar el compromiso con la Torá

Inmediatamente después de Sucot, conmemoramos Simjat Torá. ¿Hay alguna relación entre estas dos festividades? ¿Qué podemos aprender del orden en que celebramos estas fiestas?

En Sucot habitamos en una choza temporal y frágil, en vez de nuestro hogar habitual, para llevar a nuestros corazones una idea elemental: no tiene sentido valorarnos por nuestras posesiones materiales, porque ellas no hacen a nuestra esencia.

En Simjat Torá bailamos con la Torá y nos regocijamos con el comienzo de un nuevo ciclo anual de lectura y estudio del Jumash (Pentateuco). 

Primero viene Sucot, que representa los valores morales elementales, y luego Simjat Torá, que representa nuestro pacto particular con Dios. De aquí podemos ver un concepto esencial: “Dérej erés kadmá laTorá”. Es decir: los valores morales, los buenos modales y la conducta básica de cualquier persona civilizada anteceden a la Torá.

Si una persona no tiene valores morales firmes, si no siente obligaciones éticas que lo trascienden, si no está embarcada en un proceso de refinamiento de sus virtudes, entonces la Torá no surtirá un efecto positivo en ella.

La Torá es como el agua que riega al árbol: si este tiene raíces rancias y débiles, entonces el árbol crecerá torcido y débil; si este tiene raíces firmes y bien asentadas, entonces el árbol crecerá recto y robusto.

Cuando el individuo comprende que hay obligaciones éticas universales, entonces puede comprometerse realmente con la Torá, y ese compromiso repercutirá positivamente en su desarrollo como una persona íntegra y proba.

En este momento, afrontamos una vez más el desafío de renovar nuestro compromiso con el estudio y la práctica de la Torá. Hagámoslo a partir de un compromiso igualmente fuerte con los valores morales universales. Seguramente así lograremos encontrarnos con una Torá mucho más rica y profundizar nuestro vínculo con Dios.

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