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El simbolismo numérico de la Torá

13 de junio de 2023, Buenos Aires, Argentina.

El poder de los mensajes numéricos en la Torá no es una mera superstición, sino que se trata de un recurso significativo que las Sagradas Escrituras utilizan para transmitir valiosas enseñanzas de vida. En efecto, la Torá utiliza diversos recursos para comunicar sus mensajes, y los números tienen un papel destacado en esta tarea.

Hay varios números significativos en la Torá: siete, ocho, diez, cuarenta, entre otros.

Las dimensiones naturales ocupan siete espacios en todas las direcciones posibles (arriba, abajo, adelante, atrás, derecha, izquierda y centro). Por ello el siete simboliza el orden de la naturaleza y las leyes que regulan su funcionamiento. Esta idea se refleja en la Torá en el relato de la Creación: Dios creó el mundo en seis días y el séptimo día “descansó”. Este es el motivo por el cual el ciclo de la semana dura siete días, y en el séptimo día celebramos Shabat. Este motivo también subyace al séptimo año, que se dedica a descansar la tierra del trabajo productivo (Shemitá).

Sin embargo, el octavo espacio es una dimensión que trasciende lo natural y se logra gracias al esfuerzo que parece agotador y hasta imposible, pero que transporta a una mejor realidad. En resumen, el número ocho simboliza el poder del esfuerzo y la dedicación para alcanzar metas que parecen inalcanzables.

En este sentido, el número ocho adquiere una gran relevancia, ya que simboliza precisamente el esfuerzo que trasciende lo cómodo y sencillo. Es el número que representa el paso de una etapa a otra mejor que solo se logra con esfuerzo y dedicación. Por esta razón, el número ocho está vinculado en la tradición judía con lo sobrenatural, lo milagroso o incluso lo imposible.

Un ejemplo de ello es la encomienda de realizar el Berit Milá a los padres del recién nacido, luego de ocho días de haber adquirido el afecto y el cariño por su hijo. Esta acción los saca del confort del afecto superficial y los hace actuar de manera aparentemente contraria al amor, pero en definitiva están dotando al niño de un beneficio superior. Es un acto que se lleva a cabo en el octavo día del nacimiento.

Otro ejemplo se encuentra en la celebración de Janucá, donde las velas que iluminan la festividad duraron un día más de lo que podrían haber durado gracias al esfuerzo de los Jashmonaim, quienes se esforzaron por combatir lo que parecía imposible: el poderoso imperio en el que se encontraban. Gracias a su esfuerzo, encendieron la Menorá, y en lugar de durar siete días, duró ocho. Este milagro demuestra claramente que la victoria se alcanza gracias al esfuerzo.

El número diez simboliza el cierre de un ciclo y el comienzo de otro, bajo la atenta supervisión de Dios. Por ello transcurrieron diez generaciones entre Adán y Noé y otras diez generaciones entre Noé y Abraham. Cada uno de estos personajes representa una nueva etapa en la historia de la humanidad. También podemos explicar de esta manera las diez expresiones con las cuales Dios creó el mundo, los diez mandamientos y las diez plagas que acaecieron al Egipcio Faraónico: son momentos de quiebre en la historia universal.

El número cuarenta simboliza el transcurso de un tiempo extenso de tiempo, especialmente de una generación. Por ello el pueblo de Israel transitó cuarenta años en el desierto antes de entrar a la Tierra de Israel (como reacción al mal reporte de los espías, quienes estuvieron cuarenta días en su misión de recolectar información sobre los habitantes de la Tierra de Israel). También Moisés estuvo cuarenta días en la montaña, recibiendo la Torá.

Vemos de todos estos ejemplos sintéticos que los números en la Torá no son aleatorios sino que transmiten información y dan lecciones importantes. Es importante tenerlos en cuenta para leer la Torá de manera correcta y poder profundizar en su estudio.