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El peligro de la «Jalá Llave»

¿Qué es la “Jalá Llave”?

Hornear panes en forma de llave o colocar una llave dentro de la masa que se va a hornear para hacer el pan del Shabat posterior a Pésaj es una costumbre novedosa que se popularizó en ciertos círculos en los últimos años. Se la denomina “Shlissel Jalá”, del ídish “Shlissel” (llave) y «Jalá» (denominación popular del pan del día sábado). Popularmente se cree que es un conjuro (manipulación de energías) que trae bendición al hogar, especialmente Parnasá (sustento económico) y salud.

Procedencia de esta costumbre

Este rito no es mencionado en ninguna fuente clásica. No aparece ni en el Tanaj, ni en la Mishná, ni en el Talmud. Tampoco en ningún Midrash, ni en ningún Posek (legislador de la Ley Judía) medieval o moderno. Recién es mencionado por primera vez por el Apter Rebe (Rabino Abraham Ioshua Heshel de Opatów, Polonia), un Rebe jasídico de principios del siglo XIX. No dice que esto sea una obligación o que tenga algún poder especial para obtener sustento o riquezas. Más bien es una costumbre popular que simboliza una idea: quien tiene en sus manos la llave del sustento es solamente Dios. Este rabino se limitó a darle un sentido a una costumbre folklórica que se observaba entre algunos de sus contemporáneos. Sin embargo, no hay nada mágico en este asunto. Es una simple costumbre popular.

También entre otras culturas hay grupos que realizan esta práctica de manera muy similar. Entre los gentiles las llaves se fabricaban en forma de cruz en países donde el cristianismo era prominente. En Pascua, panes con llaves en forma de cruz para simbolizar a Jesús «resucitando» de entre los muertos.

Es probable que sea una práctica popular antigua, retomada y adaptada por distintos pueblos de acuerdo al contexto, sin considerar la utilidad o razón de ser de la misma.

Análisis desde el punto de vista Halájico

La práctica del judaísmo está vinculada estrechamente con la tradición. Inventar tradiciones religiosas sin lógica o sin sentido está condenado por la propia Torá. El judaísmo es dinámico y ante distintas circunstancias va incorporando o relegando algunas prácticas. Sin embargo, estos cambios se realizan únicamente por un motivo racional y un argumento entendible. A su vez, hay mecanismos legislativos adecuados para realizar estos cambios. La “Jalá Llave” no es una obligación religiosa ni un precepto, ni tampoco tiene un motivo racional o fundamento legal. En la medida en que se la considere una mera costumbre folklórica, no hay problema alguno. Tal como lo es comer alguna comida típica en momentos determinados como Sufganiot (buñuelos) en Janucá u Ozné Hamán (masitas con forma de orejas) en Purim. A lo sumo, será una cuestión de gusto personal o herencia familiar y podrá adjudicársele algún simbolismo agradable e inspirador. Sin embargo, pensar que un pan con una llave o en forma de llave tiene poderes espirituales, místicos o mágicos es ridículo y es parangonable con el paganismo.

Fuentes

El Rambam, en el Mishné Torá (Hiljot Avodá Zará 11) se pronuncia en duros términos respecto a este tipo de conjuros mágicos:

«Todos los asuntos anteriores (los conjuros irracionales) son falsedad y mentiras con las cuales los idólatras originales engañaron a las naciones gentiles para guiarlos tras ellos. No es apropiado a los hijos de Israel sentirse atraídos a tal vacío, ni que consideren que tienen algún valor como dice [Bamidbar 23:23]: «No se puede encontrar magia negra entre Jacob, o artes ocultas dentro de Israel.»
De manera similar, dice [Debarim 18:14]: «Estas naciones que están expulsando escuchan a los astrólogos y adivinos. Esto no es lo que Dios te ha otorgado”. Quien cree en (magias) en su corazón y piensa que son verdaderas y palabras de sabiduría, pero que están prohibidas por la Torá, es tonto y débil.
Los maestros de la sabiduría y los del conocimiento perfecto saben con pruebas claras que todas estas artesanías que la Torá prohibió no son reflejos de la sabiduría, sino más bien, el vacío y la vanidad que atrajeron a los débiles de la mente y los hicieron abandonar todos los caminos de la verdad. Por estas razones, cuando la Torá advirtió contra todos estos asuntos vacíos, aconsejó [Debarim 18:13]: «Sé de perfecta fe con Dios, tu Señor».

La Torá dice: «Según sus leyes (de los paganos) no se encaminarán» (Vaikrá 18:3).
El Talmud Babilónico (Shabat 67a) enseña que todas las prácticas que pretenden obtener algún beneficio y carecen de sustento científico son Darké HaEmorí (ritos amorreos paganos) y realizarlos constituye una transgresión que denigra al ser humano ya que este fue diferenciado de las criaturas con su intelecto y alma y, en lugar de apelar a su razón, se entrega a la ignorancia y materialismo.

El mensaje

El mensaje es contundente: adoptar una práctica, sea cual fuera, y atribuirle poderes mágicos es paganismo y, por consiguiente, está prohibida por la Torá.

En el caso que el practicante piense que es Dios el que lo encomienda – cuando de hecho no lo encomendó-, estaría transgrediendo otra grave transgresión religiosa: aumentar o disminuir a los mandamientos Divinos, “lo tosif velo tigrá” (Debarim 13:1; Mishné Torá, Hiljot Iesodé HaTorá 9:1-2). Incluso cuando la práctica es encomendada por Dios pero el que la realiza le atribuye poderes curativos, estaría deformando gravemente la esencia del judaísmo. Este no es una lista de conjuros mágicos para estar sano o tener sustento. El judaísmo es una filosofía de vida para alcanzar la virtud mediante el amor a Dios (Mishné Torá, Hiljot Tefilín, Mezuzá u Séfer Torá 5:4; ídem 6:13).

Fundamentos

En resumen, dos de los pilares esenciales de la Torá son: (1) la oposición contra los conjuros mágicos y prácticas irracionales de las que la persona pretende obtener beneficios y (2) la oposición a que se inventen preceptos religiosos que no se originan en la Torá misma o en los dictámenes de los Jajamim (Sabios).

Del punto de vista esencial de la fe judía y el sentido común lo más grave y peligroso de este tipo de prácticas – cuando son consideradas “Segulot” (conjuros para la buena suerte) en vez de meras costumbres del gusto popular – es que graban en el inconsciente la idea de que el bienestar se relaciona con actos vacíos sin sentido, en lugar de relacionar el bienestar con la virtud real. Este es el principal motivo por el cual la Torá rechaza toda forma de magia o hechicería y se enfoca en la actitud noble y el perfeccionamiento de las cualidades.

El problema no es la «jalá en forma de llave» – en el mejor de los casos, una costumbre simpática- sino la idea que encubre: intentar manipular a Dios para beneficio propio. Esa es la esencia del paganismo, y ese es el motivo por el cual debemos rechazar de plano muchas de las «Segulot» populares.

No buscar soluciones mágicas

Ante la adversidad, nuestros antepasados no horneaban panes con forma de llave. Ninguna de las matriarcas y los patriarcas realizaron hechizos para quedar embarazadas o tener hijos al percatarse de su esterilidad. Ellas y ellos rezaban a Dios y hacían todo lo necesario desde el punto de vista científico y material para lograr su objetivo. Y, sea cuales fueren los resultados del rezo y de sus esfuerzos, siempre trabajaban para mejorar sus cualidades; practicaban el amor al prójimo y la caridad, estudiaban Torá; se dedicaban a ser más benevolentes con sus parejas e hijos; ayudaban a los menesterosos, se brindaban a la comunidad; ayudaban a los enfermos y ancianos, y daban de comer al hambriento.

En vez de caer en la frivolidad de la ignorancia materialista que intenta manipular a Dios como un medio para obtener una vida cómoda, deberíamos seguir el ejemplo de nuestros antepasados y redoblar los esfuerzos en pos de la virtud en todos nuestros caminos