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De Pésaj a Shabuot: la relación entre la libertad y la ley

Por el Gran Rabino Isaac Sacca

La Biblia establece que desde el segundo día de Pésaj se hace un conteo progresivo de días y semanas hasta completar 49 días. Al otro día, el día 50, se festeja la fiesta de Shabuot (semanas). Esta práctica, casi desconocida por el mundo e incluso no tan entendida por muchos judíos, tiene un mensaje sumamente instructivo. 

En primer lugar, deberíamos entender el concepto de Ómer, que es una medida de volumen de aproximadamente una gavilla de espigas. 

En la tierra de Israel, la cosecha de la cebada comenzaba en la época en que se festejaba Pésaj. El segundo día de Pésaj, D ́s encomendó en la Biblia que los Hebreos, al cosechar la cebada, tomaran un Ómer del primer corte y lo ofrecieran al santuario para el servicio divino. 

De esta manera, al entregar la primera cosecha al Creador, recordaban que a Él le deben lo que han logrado. 

El día cincuenta se hacía otra ofrenda con trigo, según lo indicado en la Biblia, llamada Sheté Haléjem, o sea los dos panes, con el mismo objetivo. 

Sin embargo, además de ser Pésaj y Shabuot festividades de agradecimiento por los productos agrícolas, también son festividades con contenido histórico y filosófico. 

Pésaj enseña el valor de la libertad, ya que en esa fecha los Hebreos recuperaron la libertad del yugo de los faraones y se transformaron en un pueblo independiente, mientras que Shabuot enseña el valor de la ley, ya que ese día los Hebreos aceptaron la Torá, o sea la Ley que Dios les había entregado, y se unieron en un pacto eterno a éste.

Pésaj es la libertad y Shabuot es la ley. 

El conteo es un mecanismo que une el día inicial con el final, une Pésaj con Shabuot

Shabuot no está establecido en los textos bíblicos con una fecha específica como todas las festividades judías, sino que está indicado que cae cuarenta y nueve días después de Pésaj. Eso se debe a la intención de la Torá de enseñar la conexión total entre las dos festividades que más allá del mensaje particular de cada una, hay un mensaje que proviene de las dos juntas. 

La cebada se utiliza como alimento para los animales, mas para los humanos el pan de trigo es más refinado y apto para la ingestión. 

El concepto que encierra la Misvá de contar progresivamente desde la ofrenda del Ómer hasta Shabuot, es la necesidad de que la evolución, el progreso y la elevación requieren un tiempo y no pueden ser alcanzados de manera impetuosa; esta es la enseñanza de la combinación de las dos festividades. 

Para moderar los apetitos y las tentaciones, la Torá enseña a atemperar las pasiones, ser paciente, concientizarse que nada se logra sin el proceso del tiempo. 

El libertinaje es un estado que lleva al hombre a la destrucción; la opresión es una forma que quiebra el espíritu del hombre. No se puede vivir solo con el concepto de la libertad total, porque toda libertad buena, debe tener una ley que la limite de manera que no afecte la libertad de los demás, los derechos del prójimo y la integridad de la humanidad, y principalmente que la libertad no afecte a uno mismo. 

La libertad es buena cuando se combina con la ley y la ley es buena cuando se practica con libertad. Estas son las enseñanzas del conteo progresivo del Ómer. Mucho más de lo que tantos podrían imaginar.